¶ Amístate ahora con él, y tendrás paz; y por ello te vendrá bien.
Mucha paz tienen los que aman tu ley; y no hay para ellos tropiezo.
¶ Demandad la paz de Jerusalén; sean pacificados los que te aman.
Haya paz en tu antemuro, y descanso en tus palacios.
Tú le guardarás en completa paz, cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado.
Confiad en el SEÑOR perpetuamente, porque en JAH, el SEÑOR está la fortaleza de los siglos.
Bienaventurados los pacificadores; porque ellos serán llamados hijos de Dios.
¶ Justificados pues por la fe, tenemos paz para con Dios por el Señor nuestro, Jesús, el Cristo;
Así que, sigamos lo que hace a la paz, y a la edificación de los unos a los otros.
La paz os dejo, mi paz os doy; no como el mundo la da, yo os la doy. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.