¶ En todo tiempo ama el amigo; mas el hermano para la angustia es nacido.
No estés con los borrachos de vino, ni con los glotones de carne;
porque el bebedor y el comilón empobrecerán; y el sueño hará vestir vestidos rotos.
¶ ¿Para quién será el ay? ¿Para quién el ay? ¿Para quién las rencillas? ¿Para quién las quejas? ¿Para quién las heridas en balde? ¿Para quién lo amoratado de los ojos?
Para los que se detienen junto al vino, para los que van buscando la mixtura.
No mires al vino cuando rojea, cuando resplandece su color en el vaso, se entra suavemente;
mas al fin morderá como serpiente, y como basilisco dará dolor.
No es de los reyes, oh Lemuel, no es de los reyes beber vino, ni de los príncipes la cerveza.
No sea que bebiendo olviden la ley, y perviertan el derecho de todos los hijos afligidos.
Dad la cerveza al que perece, y el vino a los de amargo ánimo.
¡Ay de los que se levantan de mañana para seguir la embriaguez; que se están hasta la noche, hasta que el vino los enciende!
Y mirad por vosotros, que vuestros corazones no sean cargados de glotonería y embriaguez, y de los cuidados de esta vida, y venga de repente sobre vosotros aquel día.
Andemos como de día, honestamente; no en glotonerías y borracheras, no en lechos y disoluciones, no en pendencias y envidia;
Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, disolución,
idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías,
envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a éstas; de las cuales os denuncio, como ya os he anunciado, que los que hacen tales cosas no heredarán el Reino de Dios.